Las negociaciones comerciales entre Canadá y EE. UU. se ven afectadas por la disputa sobre la gestión de suministros

Las tensiones comerciales entre Canadá y Estados Unidos se intensifican debido a la postura firme de Canadá sobre su sistema de gestión de suministros, un tema que podría convertirse en un gran obstáculo en las futuras negociaciones comerciales.

Florian Possberg, socio de Polar Pork, expresó su preocupación por las posibles consecuencias, especialmente después del anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel del 35% sobre las importaciones canadienses a partir del 1 de agosto. Esta medida ha reavivado los temores de una guerra comercial más amplia.

Según Possberg, el primer ministro canadiense Carney había afirmado el 16 de junio que esperaba llegar a un acuerdo con Estados Unidos en 30 días. Sin embargo, el plazo ha pasado sin resultados concretos. “Si EE. UU. insiste en eliminar el sistema de gestión de suministros de Canadá, podríamos enfrentarnos a una escalada significativa en las hostilidades comerciales”, advirtió.

El problema gira en torno a la frustración de larga data de EE. UU. con los mercados regulados de productos lácteos y avícolas de Canadá. Mientras que los negociadores estadounidenses consideran estas políticas como barreras al comercio, Canadá las defiende como esenciales para proteger a los productores locales.

"Cada vez está más claro que EE. UU. ve esta oportunidad para presionar por la eliminación de barreras que les han molestado durante años", dijo Possberg.

Sin embargo, el Parlamento canadiense ha reafirmado su apoyo al sistema, declarando unánimemente que la gestión de suministros no está sujeta a negociación. Esta postura podría desencadenar un enfrentamiento serio.

“Los estadounidenses exigen el fin del sistema, cueste lo que cueste. Pero Canadá no cede. Ese tipo de punto muerto podría llevar fácilmente a un aumento drástico de los aranceles y represalias. Y, sinceramente, no sabemos hasta dónde puede llegar esto”, añadió Possberg.

Aunque los sectores bajo gestión de suministros representan una pequeña parte de la economía canadiense, cuentan con un amplio respaldo político, lo que dificulta llegar a un compromiso.